Connan Mockasin y todo lo que está bien en lo que hace sentir mal (a algunxs)

Vivo encantada escuchando a Connan Mockasin. Me gusta el desorden de la armonía en sus canciones, rotas de propósito. 

I wannna roll with you, por ejemplo. Suena y parece que algo se va a caer espontáneamente de las estanterías. Es un desacomodo del gusto, un desarreglo, nada aquí está en su lugar. 

Con Momo's se siente parecido pero es un poco más insoportable porque en esta canción el caos alcanza proporciones de belleza, sublimidad. 

https://open.spotify.com/track/5kppWgIoycY3hHC4re9izn?si=4c371011cb3d4533

Momo's es una pieza de Jassbusters. De ese álbum me gustan todas. Recuerdo cuando salió, en 2018,lo puse en un loop que duró varios días. No me alcanza para comprender la poesía de las letras así las intente traducir y es porque las letras no quieren ser comprendidas tampoco. Nada en estas piezas quiere ser de fácil asimilación. La cuestión es la obra, la pieza entera que se niega a ingresar en mí por la razón. Mi razón rechaza a estas canciones y a mí eso me hace muy feliz y lo prefiero. Prefiero todo lo que sea despreciado por la razón y lo bueno es que sé que no soy la única y que cada vez somos más, así, los que anhelamos la trascendencia a la lógica aristotélica y a la lógica cartesiana. Eso es lo que encuentro en esta música y busco en todas las demás. 

Que la música tenga tigre o en su defecto caballos salvajes, es lo que le pido con devoción. Pero, con Connan Mockasin ya los animales que salen en la música superan esas expectativas. Son sentimientos de otra naturaleza los que aquí se producen. Una nueva naturaleza que anuncia los juegos mentales porvenir y la jauría de bestias extrañas que nos rodearán.

Connan Mockasin me hace querer huir. Me da pánico. Imagino a todas aquellas personas que, frente a un malestar tal que les provoque una música, simplemente pasan a otra canción. A otros nos sucede lo contrario, qué se le va a hacer. Quedamos atrapados en el desconcierto, irremediablemente. 

Conocía la música de Connan Mockasin pero estaba muy desvirolada, como decimos en mi pueblo, el día que, estando a una cuadra de un concierto suyo en Montréal, no fui. En la madrugada, debía irme al aeropuerto y temí perder el avión. El avión, de todas formas me dejó. ¡Y yo todos los días sueño con estar en esa calle! ¡por todos los dioses, que se me haga el milagrito de estar en la misma calle otra vez con un letrero que diga Connan Mockasin en vivo! 

Él no se llama mocasín, no. Por si acaso, es un apodo. Él se llama Connan Tant Hosford y viene de Nueva Zelanda. Sacó de sí toda una corriente de música, alimentó este estilo lo-fi, abreviatura de low fidelity, el enfoque de producción que privilegia una baja fidelidad, el uso de aparatos anticuados para grabar y producciones hechas por los mismos músicos, Música DIY. Muy punk, pero ya a esta altura, Connan Mockasin es un punk converso, un angelito que arrulla e incomoda al mismo tiempo. 

Dulcemente aturdidor, desde 2011, con piezas como esta:

 

Connan también es un actor desconcertante. El artista que quiera hacer un video cool, que lo invite porque de verdad es un genio para inspirar el disparate. Como hizo MGMT en el video de Little dark age. 

Maestro de medio mundo, Connan Mockasin ha creado un estilo que siguen Mac DeMarco, Homeshake, King Krule, etc. 

En el video anterior se encuentra un toke completo, filmado en Auckland, Nueva Zelanda, en abril de 2015. Momentos memorables del conciertico son cuando aparece DeMarco usando una peluca parecida al pelo original de Mockasin y le hace coros moviendo candorosamente una maraquita. O cuando Mockasin invita a su papá a cantar While my guitar gently weeps, de los Beatles y hacen juntos la versión más original y emotiva nunca escuchada de esa que es la mejor canción del mundo moderno. 

O, miremos esta pieza rara. Es un footage de la película BOSTYN 'N DOBSYN, dirigida y editada por el mismo Mockasin, en la que aparece tocando en vivo la primera pieza del album Jassbusters. Es una versión única. 

¿Qué hacemos con Mockasin?... Amarlo toda la vida y esperar a que aparezca por fin un concierto suyo en el camino para acabar con el juicio de Dios. 

Aquí está el padre de Connan, coprotagonizando enteramente su último álbum, desde el nombre hasta los vocals, en donde haya lugar. 

La distorsión en la guitarra característica es llevada al límite de la dulzura y la desazón. Sobre todo, por el exceso deliberado de la reverberación. Y de cantidades de pedales enigmáticos. Todo suena como cuando se aflojaba o estaba a punto de enredarse la cinta de los casetes. Es un sonido espectral pero se matiza perfectamente con la familiar voz del padre. Es demasiado bello.