Mujeres poetas se encuentran en Cereté
Cada año, hay una fuerza especial que Lena Reza, Irina Enriquez, Lina López, Vianny, Maria V. y todos en el equipo de ángeles clandestinos juntan para que sea posible que las mujeres le digan poesía a Cereté y sus alrededores, en el norte de Colombia. Hablar de poesía es hablar de cambio y, en un país que tiende más hacia la conservación del statuo quo que a la transformación de las costumbres, significa provocar una sublevación espiritual. El encuentro de mujeres poetas de Cereté dialoga con una cultura con grandes dejos machistas y acompaña con un impulsito de certeza a las mujeres y hombres que intentan levantar la voz por la renovación y respirar nuevos aires.
Con la poeta y organizadora del Encuentro de mujeres poetas, Irina Enriquez, en Montería. |
Lo cierto es que las mujeres poetas
vienen a revelar su naturaleza divina a Cereté. Y quizá sin hombres aprobando o
desaprobando lo que piensa y dice una poeta, se siente un aire de libertad para
hablar, pensar y ser. Así, el encuentro logra que la mujer poeta despliegue
todo su conocimiento ancestral y lo haga, como dicen aquí, de verdad verdad.
Una mujer poeta ha despertado su
sabiduría y por tanto su poder y esto no lo resiste la cultura dominante. No
sólo las poetas y artistas sino las científicas, las exploradoras, las
empresarias, las líderes, en general descubren su poder apabullado por milenios
de patriarcado. Pero, las poetas, por su oficio de poetas, llegan a las fuentes
primordiales de todos los asuntos y desentrañan las palabras y gestos iniciales
de los seres humanos. Las mujeres poetas encuentran esa conexión radical con
las imágenes constitutivas de su cultura y desde allí emiten su voz propia. No
es de extrañar que la voz de una mujer poeta conmueva de la raíz a la punta la
cultura ni que la respuesta a ella sea la invisibilidad y la indiferencia.
Colombia es cada día más machista
pero tiene cada día mejores escritoras. La selección de mujeres poetas que viene a Cereté cada año es exquisita. En este encuentro de poesía las mujeres poetas se hacen
escuchar. Es un ejercicio de combate poético, una incursión de la poesía en uno
de los corazones de la violencia. Las voces de la poesía son emitidas, el
pueblo escucha y se sobrecoge, piensa, trasciende por instantes. Quizá el eco
de estas voces se vaya aminorando con los días; sin embargo, gracias al esfuerzo
de Lena y de los ángeles clandestinos,
se habrá de renovar cada año.
Con Pablo Jiménez, mi amor, y con niñas (un niño) estudiantes que, después de oír a las poetas, declararon públicamente querer ser poetas en San Pelayo, Córdoba. |
Atardecer en el Sinú, Pablo amado. Lorica, Córdoba, 2017 |
Comentarios
Un gran abrazo fraternal, Nora Carbonell
Un gran abrazo fraternal, Nora Carbonell
Y mi Norita Carbonell: conocerla es cumplir un destino brillante que me tenía preparado la vida. Ver en sus ojos pasar mis certezas y mis incertidumbres no tiene precedente para mí. Muchas gracias, Nora. Quedo en comunicación directa, vía corazón, con usted.