Los primos bullies sionistas nos llaman terroristas

La fiscalía de Colombia abrió un proceso por terrorismo en mi contra. Por eso estoy exiliada hace casi tres años. El proceso abierto era como un francotirador que me apuntaba desde 2014. No sabía que existía siquiera. El Estado colombiano ya me había apresado bajo otros cargos infundados en 2011. Hablaron de concierto para delinquir, narcotráfico y rebelión con respecto a mis actividades políticas y culturales en apoyo y defensa de los presos políticos (en ese momento, más de 7.500) y en acompañamiento al movimiento social y popular. 

Así que terrorismo es un término que conozco como un embuste bajo el que persiguen a los opositores. Soy opositora del sistema capitalista y desde que se agudizó el genocidio de "Israel" contra Palestina, reconfirmé que todas mis batallas apuntaban hacia un solo enemigo: el sionismo internacional. 

Voy a caracterizar al sionismo, aunque ya esté sobre perfilada esta ideología por cientos de estudiosos del mundo. Sionista no es solo el partido de Benjamín Netanyahu. Sionista no es solo la ideología que dio paso a la implantación del "Estado de Israel". El sionismo es sinónimo de imperialismo. El sionismo controla las bases militares y la "inteligencia" en Colombia y en cada país del mundo que se lo permita. Los que no lo permiten tienen sus agentes espías. Sionistas son todos los presidentes de Estados Unidos, a excepción de John F. Kennedy a quien los sionistas asesinaron cuando se opuso a que "Israel" tuviera la bomba atómica. Sionista es todo el Congreso y los partidos estadounidenses. Títeres del sionismo gobiernan la Unión Europea y se han aliado con el imperio británico: desde siempre han permanecido propietarios de la City de Londres y son la médula del imperialismo inglés, francés y alemán. No se sabe si el sionismo inspiró al nazismo o viceversa. Todos las invasiones imperialistas, empezando por la invasión de Inglaterra a Irlanda, continuando con la invasión de Norteamérica, la guerra del opio en China, la invasión a países asiáticos y africanos del siglo XVIII y XIX y los correspondientes genocidios son el capital y el legado del pensamiento sionista. Por su puesto, la esclavización de millones de personas africanas. Sionistas la industrialización, la globalización, la mundialización. Sionista el auge del capitalismo financiero y la utilización de todo invento tecnológico en favor del enriquecimiento particular. Desde luego que es sionista la revolución tecnológica actual, pero no en esencia sino por los intereses que la dominan. Sionistas todos los avances científicos e investigativos que se imponen y también hay manos sionistas en generar retrasos en la ciencia, avances que no alcanza a ver la humanidad y se necesitan. Sionistas todos los medios de comunicación de masas de las grandes potencias, con algunas excepciones. Sionistas todos los gobiernos que no parecen sionistas pero que no se le oponen al sionismo por la hipocresía de sus líderes, amedrentados por los sionistas. El sionismo no es solo una ideología sino una práctica excluyente, racista y elitista. Sionistas millones de ciudadanos del común, expropiados o pequeños propietarios, cuyo arribismo y sed de poder no les permite distinguirse como explotados y víctimas proclives del monstruo al que adoran. Sionistas cientos de productos de tóxica elaboración y consumo (busquen un elemento en esta lista de siete páginas que sea bueno para la salud o por lo menos realmente vital: Lista de empresas a boycotear). Casi todo lo que envenena al mundo es una expresión del sionismo. Levanto una piedra del suelo y sale un sionista interesado en usurpar el pedazo de tierra en el que me pongo de pie.


Un congresito sionista. Se ve la fotografía del fundador del sionismo político Theodor Herzl (1860-1904). Sionismo no es sinónimo de pueblo semita ni de judaísmo. Y ser antisionista no es ser antisemita. La mayoría de los sionistas no son semitas y hasta el mismo término semita hay que reevaluarlo...




Porque me pongo de pie contra el sionismo, de forma natural. No tolero la injusticia y la hipocresía que lo circundan. Los sionistas tienen argumentos religiosos, políticos, económicos con los que pretenden demostrar su derecho a pisotear la vida y la naturaleza. Se erigen a sí mismos como el pueblo elegido por dios, la facción más lista y los dueños mayoritarios de las fortunas antiguas más grandes del mundo. Esa falta de piedad no la soporto porque creo que mi familia es toda la humanidad. 

Desde que tengo uso de razón, he visto cómo los sionistas de "Israel" aniquilan los pueblos que no les son favorables a sus intereses en la región. Recuerdo ver a un hombre con un bebé, carbonizados ambos con fósforo blanco, tras un ataque israelita en las calles de Beirut, en una fotografía aparecida en un ejemplar de la revista Life que cayó en mis manos de niña, en 1984. Lo que me parece extraño es que el mundo haya tenido tantas oportunidades de evitar el avance del sionismo y no lo haya impedido. Qué vileza o qué estupidez nos asedia y nos consume. Pero, pienso que ya se le acabó el baile al sionismo internacional. Tras el genocidio de 2023 y 2024 en Palestina, millones de seres humanos están despertando a la realidad de estar siendo dominados por el sionismo que definitivamente no podrá sumirnos para siempre en la oscuridad de sus intereses particulares y de sus métodos nauseabundos de conservar el poder. 

Soy uno de aquellos que despierta e identifica que hay un enemigo en común: estas ideas supremacistas que han consumido a ciertos individuos, provocan e inspiran casi todas las tragedias sobre la tierra. No hablo de los sionistas como enemigos, porque quiero darles la oportunidad de usar la razón y cambiar de parecer. No está en mi interés aniquilar sionistas pues en ningún caso me quiero parecer a ellos. Pienso a toda hora en el enorme esfuerzo que el universo invirtió en mi creación como ser consciente y quiero compartir con la familia humana la dicha de reconocer la maravilla de la existencia, que no distingue a unos de otros. Esa familia incluye a los sionistas que llevan siendo los primos bullies desde hace cuatro siglos, a los que les llega la hora de reformarse. Si no lo hacen, me temo que serán sacados del camino, porque ya sus abusos fueron demasiado lejos y por esa mismo se rompen por sí solos los cimientos de su poder. 

Bajo la inspiración sionista supremacista la fiscalía colombiana empezó a llamar terroristas a los opositores como yo. Sucedió en mi país que se caracterizó por tener una estirpe de revolucionarios anti sistema imperial, capitalista (sionista) muy destacada y sucedió también contra los pueblos árabes del mundo. ¿Por qué los árabes? Porque la punta de lanza del sionismo internacional es el "Estado de Israel", emplazado en el corazón de las tierras del Levante, Irak, Irán, Siria, Líbano, etc., que es particularmente la tierra que más le interesa a los sionistas despojar (otras tierras también les han interesado y están colonizando, como Argentina y el sur de Ecuador). Se creó un estigma para calificar a los opositores al régimen capitalista-anglosionista como terroristas y no contentos con eso, el calificativo es usado también contra quienes ocupan por derecho natural las tierras que son de su interés.  

Así que es importante no dejarse definir por la ideología enemiga por lo que al epíteto de terrorista no me plegaré jamás. Justifico eso sí el derecho de todo el mundo a luchar contra los opresores y tiranos que responderán con orgullo, ira y sinrazón genocida a cualquier expresión manumisa y sublevada. Si tan solo abrieran un poco la mente, que no pido que abran el corazón que quizá ya no les funcione, y se dieran cuenta de que todos vamos a morir igual y que no hay nada que temer en ello, pues no hay nada por conservar. 

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