Omar Rodríguez López, cocodrilo del centro de la tierra

¡Dios, y hoy está de cumpleaños! Me pongo nerviosa de solo pensar en las iniciales de los nombres de sus bandas o en los acordes más desgarradores de sus piezas musicales. 

Omar Rodríguez López es un cocodrilo y compruébenlo en el sonido de esta guitarra



La guitarra se convierte en una mandíbula que te busca el corazón, el centro del alma, para devorarlo pero de varios mordiscos, con deleite, sabrosiado, como decía el Mija. 

Esto no es cualquier tipo de rock. Es un rock con interior mestizo, con sangre latina. He ahí el sabor que se le encuentra, la venita irredenta, taína. Cruzada de una máquina deseante que es entero él, Omar Rodríguez López, el creador. 

Es verdad que en estos sonidos están involucrados sus fabulosos amigos Cedric Zabala, el vocalista  y cómplice hasta el fin de todas estas fechorías y líneas de fuga que encarnan cada canción; Deantoni Parks, el baterista, en esta oportunidad. El bajista que tiene un protagonismo secreto. Dioses nunca transfigurados en humanos, como el mismo Omar Rodríguez López.  

Cuando vinieron al mundo los pedales de distorsión del sonido, fue Omar Rodríguez López el humano elegido para entenderse con ellos. En la puerta de la Tierra, es Omar Rodríguez López el que recibe  uno a uno los instrumentos de creación de un nuevo universo del sonido y el que sabe cómo ubicarlos y hacerlos sonar para nunca ser olvidado. 

Aquí está en solitario: 


Todo lo dirige, todo lo monta, todo lo escribe Omar Rodríguez López. Es tan prolífico como corresponde a su carácter divino. Recuerdo aquella vez en 2016 cuando produjo cuatro discos en un año. Guitarrista, sí, y también compositor y productor, es el todo encarnado en un cuerpo humano de músico. 


Sus bandas son memorables. Me gustan las que conformó con Cedric Zabala (el verdadero tigre a quien debo dedicar otro post porque es fundador de una de mis religiones), The Mars Volta, Antemasque, De facto, At The Drive-In. Pero, en total Omar tiene 28 álbumes de estudio, 2 álbumes en directo, 1 álbum recopilatorio, 4 EP y 1 sencillo y no voy a presumir que los conozco todos, pero me daré a la tarea alguna vez, cuando pueda poco a poco superar las piezas que me han seducido hasta la médula como el Noctourniquet o De-Loused in the Comatorium o el único álbum de Antemasque. 


Aquí, mi favorita, podría decirse: 



Pero, por favor, hay un material galáctico aquí. Es una producción selvática, descomunal. No tiene fin y no tiene dimensiones porque una sola pieza es ya un universo de experimentación con el sonido de proporciones legendarias. 

Cómo palpitará el corazón, a cuántos bpm (bits per minute), ese corazón intrépido y volcánico y al mismo tiempo tan medido, de Omar Rodríguez López.


 




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